Cuando en 2007 el equipo de SIGAUS asumimos el encargo de liderar la puesta en marcha de un sistema integrado de gestión en el ámbito de los lubricantes, tuvimos la certeza de que se trataba de un reto extraordinario. A pesar de que la variable ambiental ha sido siempre un elemento impulsor en la industria del lubricante, la experiencia en un sistema de responsabilidad colectiva de este tipo era totalmente inexistente. Junto a la propia puesta en marcha de SIGAUS, la verdadera complejidad del desafío radicaba en tejer con éxito el entramado de relaciones con los distintos agentes llamados a hacer posible que el Sistema funcionara, integrando visiones e intereses distintos y haciendo, en suma, girar la rueda del reciclaje del aceite industrial usado.
Hoy, tras haber cumplido 10 años evitando el impacto ambiental del aceite usado, es más tangible que nunca que, entre todos, hemos llevado aquel barco a buen puerto. Y subrayo el ‘entre todos’ porque desde SIGAUS sólo hemos sido la guía para el buen funcionamiento de esta gran obra colectiva que es la gestión del aceite usado en España, y que involucra a fabricantes, productores, gestores, Administración y consumidores. Si de algo nos sentimos orgullosos tras estos 10 años es de haber sido capaces de combinar el cumplimiento escrupuloso de nuestras obligaciones (en nombre de nuestras empresas adheridas), con la aportación de singulares valores añadidos a todos nuestros grupos de interés, actuando como catalizadores de sus propios objetivos, más allá del objetivo común, y de organización, de procurar la más eficaz y sostenible gestión de este residuo peligroso.


















