Tras su utilización como lubricantes para uso industrial o para el sector de la automoción, los aceites industriales se van degradando, perdiendo sus propiedades iniciales y generando sustancias tóxicas y conteniendo metales pesados, como consecuencia de la propia naturaleza de este producto y por su exposición a altas temperaturas y presión dentro de los motores, máquinas y procesos donde se utilizan.
A pesar de ello, los aceites usados conservan gran parte de los hidrocarburos presentes inicialmente en el producto, lo que induce a aprovechar este residuo prácticamente al 100% a través de dos tipos de tratamientos. Y hace que los aceites usados tengan un valor económico en el mercado, aunque no suficiente para asegurar por sí mismo su recogida y tratamiento. Por ello, la financiación que SIGAUS aporta a las empresas encargadas de recoger y tratar este residuo contaminante resulta indispensable para garantizar que éste no afecta negativamente en el medio ambiente y su reintegración en el mercado como nuevos productos, en un claro ejemplo de economía circular.
Una vez recogido, el aceite usado se traslada a centros de transferencia, donde se realiza una primera descontaminación y se analiza su composición para determinar su óptimo destino final, que puede ser:



