A pesar de su extensa superficie, España es un país con una escasa densidad de población, ya que aproximadamente tres cuartas partes de su población se concentran en grandes núcleos urbanos mientras que la cuarta parte restante se encuentra prácticamente despoblada. A pesar de que la densidad de población media es de 92 hab/km2, hasta un 77% de su superficie tiene una densidad inferior a 50 hab/km2, y una cuarta del país, en territorio, se considera ‘vacío de población’ (municipios de menos de 500 habitantes y menos de 10 por km2).





